Van apareciendo los primeros aliseos del año, así que el jueves sacamos unos billetes para las islas
afortunadas donde Tomás y Manuela nos invitaron a pasar un fin de semana largo en la preciosa isla de Lanzarote, y así de paso probar el nuevo material de 2010 que estaba guardado desde hacía unos meses por el frío y la falta de viento.
Llegamos el viernes para darnos una pequeña sesión de surf, en un mar roto y desordenado, pero salir de casa con el plumas puesto y en un rato quedarte en la playa en chanclas y bañador, no tiene precio. Por la tarde cargamos todo el material en un viejo Land Rover de los años 70 descapotable, o mejor dicho descapotado a base de radial y nos fuimos a ver si podíamos echarnos al agua cerca de la playa de Famara, pero no. Las condiciones de viento no eran ni mínimas.
La previsión para los días siguientes se había desinflado mucho, y una vez más nos invadía cierto desánimo. Aún así podía ser peor, podía llover y no llovió, por contra hicimos una barbacoa a la luz de la luna con un tiempo envidiable y buena compañía.
Una pequeña brisa del norte, cielo despejado y una ola de un metrito escaso era suficiente para montar las nuevas y flamantes Severne S1. 5.3 y 4.7.
Las velas son una pasada. En el agua se notan muy ligeras, pesan muy poco y la enorme ventana central te permite ver la ola con mucha comodidad. Solo fue un día pero las sensaciones fueron muy buenas. Espero que podamos echarlas al agua de nuevo muy pronto.
Como siempre que llegas a un sitio nuevo, estábamos algo desubicados. La ola en diagonal a la playa y con viento side-on venía flojita. Poco a poco el viento subía y la ola también para llegar a su mejor momento al atardecer.
Las velas son una pasada. En el agua se notan muy ligeras, pesan muy poco y la enorme ventana central te permite ver la ola con mucha comodidad. Solo fue un día pero las sensaciones fueron muy buenas. Espero que podamos echarlas al agua de nuevo muy pronto.