Después de un montón de días seguidos navegando, el viento se ha tomado un respiro. El sol se ha metido detrás de unas nubes densas que nos han dejado un paisaje gris. Y es que tanto verde no sale gratis, hay que pagar este peaje de vez en cuando. Así que entre el surf y el turisteo hemos pasado estos dos días huyendo del ambiente invernal.
Un par de días surfeando bajo un manto de nubes con un mar glassy y un día en Santiago de Compostela con visita obligada a la catedral y la universidad. Una ciudad preciosa, donde se respira historia y buen comer.
El miércoles empieza a bombear el atlántico y el anticiclón de las Azores se vuelve a colocar para traernos el nordeste que tanto nos está haciendo disfrutar.