Agosto 2011 - Pacasmayo, Perú. Fin de viaje

Ya hemos llegado a casa. Después de un largo viaje que iniciamos el jueves, el domingo alrededor de las 3pm aterrizamos en Barajas. Al final no hubo suerte con los últimos días y pinchamos practicamente la última semana entera, pero en un viaje de 20 días hay que asumirlos.
Han sido 20 días de buena compañía, buenas olas y viento... algo escaso en cantidad, y fuerza. Pero nos quedamos con lo bueno. El hotel al borde de la playa donde cada mañana al abrir los ojos desde la cama veímos el Pacífico y sus olas abriendo en perfecta cremallera. Me olvidaré que todos los días excepto uno, amanecieron nublados. Me grabaré los desayunos frente al océano con un batido de plátano, huevos, tostadas y café, y me olvidaré de la paciencia que hay que tener para esperar 40 minutos con un hambre atroz hasta que llega el café. Todo por no descubrir a tiempo la contraseña: "¡Al toque!". "Ahorita" significa 40 minutos.
Me grabaré la rutina diaria: Madrugón, surf, desayuno, visita al pueblo, tallarines saltados, windsurf hasta la puesta de sol, cena y charla.
Me olvidaré de los pinchazos y del agujero negro que atraía personas, tortugas, materia, espacio y tiempo.

Me quedaré con las sesiones de windsurf en esas olas interminables en las que a mitad de ola tenía que ponerme el arnés para descansar los brazos... Pesco la ola, ciño, ciñooo, ciñooo un poco más, miro a mi izquierda y veo la pared. Zás, comienza el carrusel: Un bottom, un corte, un bottom, un corte, un bottom, un corte... me da tiempo a pensar que puedo subir más vertical y cerrar más los giros, un bottom, un corte, pierdo la pared, ciño un poco... y descanso. Llega la espuma y vuelta a empezar otro giro, otro y otro más. De repente la pared se alarga, corro para pasar la sección que se cae. A la próxima intento un aereo, pero mientras giro, giro y vuelvo a girar. Me pongo el arnés para descansar los brazos y culebreo en la ola. Me pongo en serio, surfeo más arriba y zas! le pego alto y zas!!.... Pierdo la ola. Así es, pero me da lo mismo porque detrás viene otra que parece su gemela, la engancho y sigo y sigo...
Me olvidaré lo mucho que me costaba subir y ceñir sin viento y sin planear, con apenas 8 nudos.

Recordaré ese sol redondo anaranjado que todos los días se hundía entre las olas, y me olvidaré del pedregal que había en la playa y que me hacía trizas los pies al entrar y al salir.
Me acordaré del nivel de surf que había en el pico los días grandes, y de mis olas largas, y me olvidaré de la corriente continua que me sacaba del pico.
Me acordaré de los mototaxis y los paseos del pueblo al hotel y me olvidaré de los fumones y la gente chunga que decían que había y que por suerte no encontramos.
Me olvidaré de los ratos en los que todos estaban en el agua surfeando, gritando, disfrutando y yo estaba haciendo fotos. Pero me acordaré de las tardes que he pasado con la peque y que he disfrutado taaaaanto de ella. Que esos ratos son nuestros y solo nuestros y se quedan en cajoncito bien guardado en mi memoria.
Me acordaré de que la peque se ha portado muy bien, que ha disfrutado mucho, que ha aprendido a gatear y a ponerse de pie, que le ha salido el diente de arriba, a decir hola y adiós y de que es la primera vez que que me demuestra que me entiende y se quería hacer entender cuando veía al gato o la tortuga. Me olvidaré que algún desalmado mató al gato y que se nos acabaron los potitos y no fuimos capaces de encontrarlos en todo Perú. Me acordaré de lo mucho que le gustó montar en motocarro y la risa que le daban los baches y el ruido de la moto y me olvidaré del jetlag que nos ha mantenido en vela un par de días hasta que ha vuelto a coger ritmo.

Me olvidaré también de la ruta panamericana, de los adelatamientos en cambios de rasante con visibilidad cero, de las largas a la inversa, de sus conductores, de los asaltos y del miedo que nos metieron en el cuerpo y nos impidió visitar lobitos, chicama, y otras olas que siguen en la agenda sin tachar. Me quedo con la gente que conocimos y nos trató de maravilla Giovanni, Edgar, Jose, Ingrid, Segundo y las cocineras que todos los días preparaban la comida a nuestro bebé con esmero.

Volveremos.

Ahora queda la mejor parte de la temporada, los ponientes en Almería, los levantes con olas en Bolonia, los días buenos de Loredo, alguna sesión que nos dará Galicia y alguna escapadita a las islas afortunadas!! Pero de momento un par de semanas para ver a la familia.