Hemos empezado el año deslizando. Hemos cambiado el agua por la nieve, las olas por pendientes la botavara por bastones y la tabla por tablas. Nos fuimos al Valle de Arán. Hacía dos años que no pisábamos la montaña y hemos recuperado sensaciones olvidadas. El día que llegamos cerraron la estación por viento, y en algún momento se nos pasó por la cabeza bajar al Delta.
Los siguientes días pensábamos que la estación iba a estar llena de placas de hielo pero no fue así. Tuvimos buena nieve, el 95% de la estación abierta y solecito.
